Sistema de extinción de incendios en campanas extractoras
Extintores co2 2 kg
Extintor 6 kg abc
¿Están los centros escolares obligados a implementar sistemas automáticos de extinción de incendios en sus cocinas? Normativa sobre seguridad contra incendios
La seguridad contra incendios en centros educativos constituye un aspecto esencial dentro de la normativa española. En particular, las cocinas de los colegios, al ser espacios de uso intensivo y con alta carga térmica, se convierten en uno de los puntos de mayor vulnerabilidad. Por esta razón, las autoridades han establecido requisitos legales específicos para garantizar que estos entornos cuenten con medidas adecuadas de protección, incluyendo la instalación de sistemas automáticos de extinción.
En España, la regulación se rige principalmente por dos marcos normativos fundamentales:
Real Decreto 513/2017 (RIPCI) – Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios.
Código Técnico de la Edificación (CTE), en especial el Documento Básico de Seguridad en caso de Incendio (DB-SI).
Ambos textos legales determinan cómo deben diseñarse, instalarse y mantenerse los sistemas de protección contra incendios en edificios de uso público, incluyendo colegios, institutos y universidades.
El nivel de obligatoriedad de instalación de un sistema de protección depende de la potencia térmica instalada en la cocina. En el caso de los comedores escolares, considerados de uso residencial público, la ley exige la instalación de sistemas automáticos de extinción cuando la potencia supera los 20 kW.
En cambio, para cocinas clasificadas como de otros usos comerciales, la obligación se activa a partir de los 50 kW. Sin embargo, dado que la mayoría de las cocinas escolares preparan cientos de comidas al día, suelen superar fácilmente el umbral mínimo.
Es importante destacar que un sistema de extinción de incendios en campanas extractoras no solo actúa sobre los equipos de cocción, sino también sobre las áreas más propensas a la acumulación de grasa y humo, como filtros, conductos de ventilación y zonas cercanas a fuentes de calor. Esto convierte a la campana extractora en un elemento crítico dentro de la seguridad de la cocina.
Implementar un sistema de extinción automática en cocinas aporta múltiples beneficios que van más allá del mero cumplimiento normativo. Estos sistemas están diseñados para detectar y sofocar un incendio en sus primeras fases, sin necesidad de intervención humana. Entre las principales ventajas destacan:
Protección inmediata frente a conatos de incendio en equipos de cocción.
Seguridad integral para alumnos, docentes y personal de cocina.
Prevención de propagación del fuego hacia otras áreas del centro educativo.
Cumplimiento legal, evitando sanciones y responsabilidades civiles o penales.
Tranquilidad para las familias, que confían en que los centros protegen adecuadamente a los estudiantes.
El uso de estos sistemas no solo representa una obligación legal en la mayoría de los casos, sino que también simboliza un compromiso con la seguridad y la prevención.
La normativa vigente establece que los sistemas de protección en cocinas escolares deben cumplir con la norma UNE-EN 17446, que sustituye a la anterior UNE 23510. Este estándar regula aspectos clave como:
Diseño y dimensionado del sistema.
Métodos de instalación adecuados para entornos de alto riesgo.
Protocolos de mantenimiento preventivo que garanticen eficacia continua.
Pruebas de funcionamiento periódicas que demuestren la capacidad real de extinción.
En este blog de extintores especializado, se recalca que estos equipos deben ser suministrados e instalados únicamente por empresas autorizadas e inscritas en el registro oficial contemplado por el RIPCI. De este modo, se asegura que cada instalación cumple con todos los requisitos legales y de seguridad.
La instalación de un sistema automático de extinción no es suficiente si no se acompaña de un plan de mantenimiento riguroso. La normativa establece revisiones en diferentes intervalos:
Inspección trimestral interna a cargo del propio centro escolar.
Revisión semestral profesional, realizada por una empresa mantenedora autorizada.
Prueba de funcionamiento anual para verificar la operatividad del sistema.
Revisión integral cada 5 años, que incluye la sustitución de componentes críticos.
Un sistema que no recibe mantenimiento adecuado pierde eficacia y, a nivel legal, se considera inválido, lo que puede acarrear sanciones y clausura temporal de la cocina.
No cumplir con la normativa en materia de protección contra incendios en cocinas escolares puede derivar en graves consecuencias:
Multas económicas significativas, impuestas por la autoridad competente.
Responsabilidad civil y penal en caso de daños materiales o personales.
Clausura temporal o definitiva de las instalaciones hasta su regularización.
Pérdida de cobertura de seguros, ya que las aseguradoras pueden rechazar indemnizaciones si se detecta incumplimiento normativo.
Estas consecuencias refuerzan la importancia de que los responsables educativos tomen en serio la correcta instalación y mantenimiento de estos sistemas.
Además de la protección frente a incendios y del cumplimiento normativo, los sistemas automáticos generan beneficios colaterales que impactan directamente en la gestión de los centros escolares:
Optimización de la seguridad laboral para el personal de cocina.
Mejora de la reputación del centro, al transmitir confianza a familias y comunidad.
Reducción de pérdidas materiales, evitando daños costosos en equipos y estructuras.
Continuidad de las operaciones escolares, sin interrupciones prolongadas.
En definitiva, estos sistemas aportan una capa extra de confianza y seguridad, que respalda la actividad educativa en su conjunto.
Los responsables de los centros educativos deben implementar una serie de medidas para cumplir con la normativa y garantizar la protección de todos:
Realizar una auditoría energética y de riesgos en la cocina para calcular la potencia instalada.
Consultar con empresas autorizadas, capaces de evaluar la obligatoriedad y recomendar la solución adecuada.
Instalar equipos certificados, garantizando el cumplimiento de la norma UNE-EN 17446.
Formar al personal de cocina y mantenimiento en la supervisión y operación del sistema.
Cumplir estrictamente con las revisiones periódicas, asegurando que el sistema siempre se encuentre operativo.
En la mayoría de los casos, las cocinas escolares están obligadas legalmente a contar con sistemas automáticos de extinción de incendios, dado que superan el umbral de potencia establecido. No se trata solo de un requisito legal, sino de una herramienta imprescindible para proteger la vida de alumnos, docentes y personal.
La instalación y mantenimiento de estos sistemas representa un compromiso real con la seguridad, que no solo previene accidentes graves, sino que también aporta confianza y estabilidad a toda la comunidad educativa.