El SERVICIO PÚBLICO DE EMPLEO DE CASTILLA Y LEÓN (Ecyl) ofrecce varios puestos de auxiliar de enfermería para sustituciones en Residencias Públicas de Segovia.
Requisitos: Titulación de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería.
Se ofrece: Contraro temporal.
Jornada parcial y completa
Horario de turnos.
hola
Este jueves, a las 09:55 horas, el rugido de las sirenas rompió la rutina de una mañana que parecía predecible. El humo, denso y opaco, se elevaba sobre el cielo de Rubí, en la provincia de Barcelona, desde el interior de una fábrica. Allí, bobinas de titanio ardían dentro de contenedores, dando paso a un incendio industrial tan complejo como peligroso.
Los Bomberos de la Generalitat no tardaron en desplegarse: ocho dotaciones de inmediato, y más tarde, hasta once unidades sobre el terreno. Un camión especialmente cargado con tierra también se unió al operativo. ¿Por qué tierra? Porque cuando el fuego muerde el titanio, ni el agua basta. La estrategia requiere precisión, y en eso, los Bombers no fallaron.
Mientras tanto, Protecció Civil activaba en prealerta el plan Radcat, un protocolo específico que se pone en marcha cuando hay riesgos químicos o radiológicos derivados de incendios industriales. Y aunque la situación se logró estabilizar, la ciudad quedó marcada por un episodio que, más allá del susto, exige reflexión.
Hoy fue Rubí. Mañana puede ser cualquier otro polígono, cualquier otro almacén, cualquier otra fábrica que decidió que había cosas más urgentes que comprar extintores en Barcelona. Porque claro, el extintor es esa presencia silenciosa que se cuelga en una pared, se olvida en una esquina, se revisa de vez en cuando —si se tiene suerte— y que, sin embargo, puede significar la diferencia entre continuar operando o cerrar para siempre.
Es absurdo —y peligroso— que todavía existan instalaciones donde no se ha hecho lo básico: evaluar riesgos, formar al personal, señalizar rutas de evacuación y tener los extintores correctos, en número suficiente y con el mantenimiento al día.
Aquí no estamos hablando de un trámite administrativo, sino de una línea de defensa real que ha salvado más vidas de las que nadie imagina. Y sí, eso empieza por algo tan elemental como comprar extintores en Barcelona a proveedores cualificados, con asesoría técnica y criterios profesionales.
Llegados a este punto, conviene hablar del tipo de extintor que realmente marca la diferencia en la mayoría de escenarios industriales: el extintor abc. Este dispositivo —aparentemente sencillo— está diseñado para combatir fuegos de tipo A (sólidos como papel o madera), B (líquidos inflamables como aceites o pinturas) y C (gases combustibles).
¿Qué significa esto en términos prácticos? Que el extintor ABC es capaz de responder ante la mayoría de situaciones de emergencia más comunes, especialmente en contextos industriales o comerciales donde coexisten múltiples tipos de materiales inflamables.
Y sin embargo, en demasiados casos, no está donde debería estar, no funciona cuando se necesita, o ni siquiera existe. Es como si algunas empresas jugaran a la ruleta rusa con su infraestructura, su personal y sus responsabilidades legales. Y todo por ahorrarse unos euros en prevención.
Con respecto a dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor, en España, la normativa no es ambigua. Es obligatorio disponer de extintores en todos los locales destinados a actividades profesionales o comerciales, en comunidades de vecinos con garaje, en centros educativos, en edificios públicos, en almacenes industriales y, por supuesto, en fábricas como la de Rubí.
No sólo se exige su presencia, sino que deben estar ubicados en lugares accesibles, señalizados y con un plan de mantenimiento periódico que garantice su funcionamiento óptimo. La cantidad, tipo y distribución de extintores viene determinada por el riesgo específico de cada instalación, algo que debe ser evaluado por técnicos especializados.
Lo más grave es que, en demasiadas ocasiones, estas exigencias se ven como un “papeleo más” en lugar de lo que realmente son: una barrera de protección ante el caos. Porque, cuando el fuego entra, no pregunta si había presupuesto ese mes para extintores.
Lo ocurrido este 17 de julio no fue una anomalía. Fue un recordatorio con olor a humo y sabor a susto de que la industria —toda ella— trabaja con materiales que pueden volverse en su contra en cuestión de segundos. Y que, si no se anticipa el desastre, luego no vale con pedir disculpas ni firmar partes de siniestro.
El incendio fue estabilizado, sí. Pero para ello hicieron falta once dotaciones de bomberos, maquinaria pesada y un esfuerzo coordinado que no todas las localidades están en condiciones de replicar. ¿La conclusión? Que no podemos permitirnos el lujo de improvisar la seguridad.
La activación preventiva del plan Radcat por parte de Protecció Civil habla de la gravedad potencial del suceso. No sólo se trataba de fuego, sino de la posibilidad de riesgo químico o radiológico. La combustión del titanio puede liberar sustancias contaminantes que, inhaladas o depositadas en el entorno, pueden representar un problema sanitario y medioambiental serio.
Este tipo de incendios no es anecdótico. Tampoco es raro. Y por eso mismo, cada vez es más urgente que todos —empresas, trabajadores y administraciones— se alineen en torno a una idea: la seguridad no se delega, se construye cada día.
Las llamas ya no se ven. El humo se ha disipado. Pero Rubí no debería olvidar lo que ocurrió. Y nosotros tampoco.
En un país donde los incendios industriales no son una rareza, y donde demasiados aún creen que “eso no me va a pasar a mí”, lo que sucedió en esa fábrica de bobinas de titanio debería ser asumido como un punto de inflexión. Que no se diga que no se avisó. Que no se diga que era imprevisible.
Porque prevenir no es una opción. Es una obligación ética, legal y humana. Y empieza por algo tan básico como comprar extintores en Barcelona, asegurarse de que sean del tipo adecuado —como el extintor ABC— y que estén operativos justo cuando más se necesiten.
Nuevo Reglamento de Seguridad contra Incendios en Establecimientos Industriales: Implicaciones para la Ignifugación de Naves Industriales.
El 10 de mayo de 2025 marcó un punto de inflexión en la normativa sobre seguridad contra incendios en el ámbito industrial con la entrada en vigor del nuevo Reglamento de Seguridad contra Incendios en Establecimientos Industriales (RSCIEI), aprobado por el Real Decreto 164/2025. Esta nueva normativa, que sustituye al reglamento de 2004, responde a la evolución de los activos industriales, los avances tecnológicos y los métodos constructivos más modernos. Este reglamento establece nuevas medidas que afectan directamente la ignifugación de naves industriales y la protección pasiva en los establecimientos industriales.
ignifugar nave es un proceso crucial para prevenir la propagación de incendios en grandes instalaciones industriales. Este procedimiento consiste en la aplicación de tratamientos y materiales que hacen que las estructuras sean resistentes al fuego, limitando la propagación de las llamas y reduciendo el daño potencial en caso de un incendio. En el contexto del nuevo Reglamento de Seguridad contra Incendios, ignifugar una nave se ha convertido en una necesidad para todas las instalaciones industriales, especialmente aquellas que manejan materiales inflamables o presentan riesgos elevados.
El Real Decreto 164/2025 no solo refuerza la seguridad estructural de las naves industriales, sino que también introduce una serie de medidas preventivas que abordan tanto los riesgos de incendio como las metodologías para mejorar la protección pasiva. Esto incluye no solo la ignifugación de materiales, sino también la creación de barreras arquitectónicas y sistemas de protección pasiva que garantizan la resistencia al fuego de las naves industriales.
La protección pasiva se refiere a las estrategias de diseño que se implementan para prevenir la propagación del fuego de manera automática, sin intervención humana. Esto incluye el uso de materiales que resisten el calor, las barreras contra la propagación de llamas y la compartimentación de espacios dentro de la nave. El nuevo reglamento enfatiza la importancia de la protección pasiva al exigir que todos los elementos estructurales sean resistentes al fuego y que las naves cuenten con sistemas de compartimentación para evitar la expansión de un incendio.
A través de la protección pasiva, se reduce la velocidad de propagación del fuego, se mantiene la integridad estructural de las instalaciones y se facilita la evacuación de personas. Esta protección se complementa con sistemas de detección y extinción activa, creando un entorno industrial más seguro y menos vulnerable a riesgos de incendios. Ignifugar una nave implica utilizar materiales que no solo previenen la propagación de las llamas, sino que también brindan un tiempo adicional para la evacuación en caso de emergencia.
A partir de la entrada en vigor del nuevo reglamento RSCIEI, es obligatorio ignifugar una nave industrial para cumplir con las exigencias de seguridad contra incendios. La normativa establece que todos los establecimientos industriales deben implementar medidas de protección pasiva que incluyan la ignifugación de las estructuras, sistemas de compartimentación y la utilización de materiales ignífugos en las paredes, techos y otras superficies clave. Esto no solo es una medida de seguridad, sino también un requisito legal que debe ser cumplido para evitar sanciones y posibles riesgos para la salud y la seguridad.
Aunque el reglamento entra en vigor el 10 de mayo de 2025, su aplicación obligatoria no se exigirá hasta el 10 de noviembre de 2025. Sin embargo, las empresas deben comenzar a tomar medidas para cumplir con las nuevas normativas cuanto antes. No cumplir con estas regulaciones podría resultar en importantes sanciones y, en el peor de los casos, en un cierre temporal de la nave industrial hasta que se implemente la protección requerida.
El nuevo Reglamento de Seguridad contra Incendios tiene un impacto significativo en el sector inmologístico e industrial. La legislación no solo afecta a las nuevas construcciones, sino también a la rehabilitación y gestión de naves industriales existentes. Las empresas del sector inmologístico, que incluyen centros de distribución, almacenes y grandes instalaciones de logística, deben adaptarse a los nuevos requisitos para garantizar que sus instalaciones sean más seguras.
Además, la normativa exige que las instalaciones sean revisadas y reformadas según los estándares más actuales de seguridad. La ignifugación de naves industriales se convierte así en una prioridad no solo por cuestiones de seguridad, sino también como una inversión a largo plazo para reducir riesgos y costos asociados con posibles incidentes.
El reglamento RSCIEI establece una serie de requisitos específicos que las empresas deben cumplir para garantizar la ignifugación de naves industriales. Algunos de estos incluyen:
Evaluación de riesgos: Antes de comenzar con el proceso de ignifugación, es esencial realizar una evaluación exhaustiva de los riesgos específicos de la nave industrial. Esto implica identificar las áreas con mayor riesgo de incendio, los materiales inflamables presentes y las características constructivas de la nave. Con esta información, se podrán aplicar las medidas de protección más adecuadas.
Uso de materiales ignífugos: El reglamento establece que todas las superficies de la nave industrial deben ser tratadas con materiales resistentes al fuego. Esto incluye el uso de pinturas, recubrimientos y paneles que ayuden a prevenir la propagación de las llamas. El uso de materiales ignífugos es una de las estrategias clave para asegurar que la nave sea capaz de resistir el fuego durante un tiempo determinado.
Compartimentación de la nave: Para evitar la propagación rápida del fuego, el reglamento también exige que las naves industriales sean compartimentadas. Esto significa dividir la nave en secciones mediante muros resistentes al fuego, de modo que, en caso de incendio, se limite su expansión a otras áreas de la instalación.
Mantenimiento continuo: Además de la instalación inicial de medidas de protección, el reglamento obliga a realizar un mantenimiento periódico de todos los sistemas de protección pasiva contra incendios. Esto incluye la revisión y actualización de los materiales ignífugos y la reparación de cualquier elemento que haya sufrido daños con el tiempo.
El nuevo Reglamento de Seguridad contra Incendios en Establecimientos Industriales refuerza la importancia de ignifugar las naves industriales para garantizar la seguridad de los trabajadores y la integridad de las instalaciones. La protección pasiva, que incluye el uso de materiales ignífugos, la compartimentación de espacios y la implementación de otros sistemas de seguridad, es fundamental para prevenir y mitigar los riesgos de incendio.
Las empresas deben comenzar a implementar estas medidas lo antes posible, ya que no cumplir con las normativas podría tener graves consecuencias, no solo a nivel legal, sino también en términos de seguridad y pérdidas económicas. Por lo tanto, la ignifugación de naves industriales no solo es una obligación, sino una medida esencial para la protección a largo plazo de las instalaciones industriales.
La importancia de los extintores en el hogar ante el riesgo creciente de incendios.
En la madrugada reciente, un incendio calcinó por completo una casa en Solivella (Tarragona). El fuego, que se desató poco antes de las 03:00 horas en una vivienda de planta baja más dos alturas, movilizó a los Bombers de la Generalitat, mientras tres personas fueron atendidas por los sanitarios del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) debido a la inhalación de humo.
Estos hechos nos recuerdan la importancia de adoptar medidas de prevención y contar con un extintor para casa, ya que disponer de un equipo de este tipo puede marcar la diferencia en los primeros minutos de una emergencia. Los extintores permiten actuar con rapidez, limitando el alcance de las llamas y ofreciendo la oportunidad de evacuar a los ocupantes de forma más segura.
Además, un extintor no solo es una herramienta técnica, sino también un símbolo de responsabilidad y previsión dentro del hogar. Su presencia aumenta las posibilidades de controlar un fuego antes de que alcance proporciones devastadoras.
Una de las cuestiones más consultadas por los ciudadanos es dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor. La legislación española establece su obligatoriedad en locales comerciales, oficinas, garajes comunitarios, establecimientos públicos y comunidades de propietarios. En viviendas unifamiliares no siempre es exigido por la normativa, pero sí altamente recomendado. De hecho, expertos en seguridad consideran que cada hogar debería contar al menos con un extintor en la cocina y otro en zonas de paso.
El incendio en Solivella no fue el único durante la misma noche. Hacia las 03:46 horas, los bomberos intervinieron en un piso de Mollerussa (Lleida), donde un sofá en llamas originó un fuego que no se propagó gracias a que las puertas del comedor permanecían cerradas. Horas antes, a las 22:38, otro aviso de incendio movilizó a los servicios de emergencia en una vivienda del pasaje Pirineus de la misma ciudad.
Estos episodios subrayan la vulnerabilidad de las viviendas frente a incendios repentinos y refuerzan la necesidad de medidas activas como la instalación de extintores, además de hábitos seguros como mantener cerradas las puertas durante la noche.
No todos los extintores son iguales ni sirven para los mismos tipos de fuego. En el ámbito doméstico, los más recomendados son:
Extintor de polvo ABC: versátil, efectivo para fuegos provocados por sólidos, líquidos inflamables y equipos eléctricos.
Extintor de CO₂: ideal para cocinas y aparatos electrónicos, ya que no deja residuos ni daña los equipos.
Extintor de clase F: diseñado específicamente para incendios causados por aceites y grasas, muy útiles en cocinas modernas.
Extintor de agua pulverizada: recomendado para materiales sólidos, aunque no apto en instalaciones eléctricas.
Una combinación de un extintor de polvo ABC en áreas comunes y uno de clase F en la cocina garantiza una cobertura adecuada.
Para maximizar su eficacia, los extintores deben colocarse en puntos visibles, accesibles y cercanos a las zonas de mayor riesgo:
Cocina, ya que concentra la mayor parte de los incidentes domésticos.
Pasillos principales y salidas de evacuación.
Garajes y trasteros, por el almacenamiento de combustibles y herramientas.
Dormitorios, especialmente en casas de varias plantas.
La recomendación general es que cualquier persona pueda alcanzar un extintor en menos de 10 segundos desde cualquier parte de la vivienda.
El cumplimiento de la normativa vigente en materia de protección contra incendios es fundamental, sobre todo en edificios comunitarios y espacios de uso público. Aunque en hogares individuales no siempre sea obligatorio, disponer de un extintor funcional debe ser una prioridad.
El mantenimiento incluye:
Comprobación mensual de la presión en el manómetro.
Verificación del estado del precinto y la boquilla.
Inspección visual para detectar daños o corrosión.
Revisión anual por un técnico autorizado.
Retimbrado obligatorio cada cinco años, según la normativa.
Un extintor en mal estado no garantiza su funcionamiento, por lo que la revisión es tan importante como la instalación.
Disponer de extintores no sirve de nada si los habitantes del hogar no saben utilizarlos. Por ello, se recomienda:
Enseñar a toda la familia a retirar el seguro y accionar la palanca.
Apuntar siempre a la base del fuego, nunca a las llamas superficiales.
Mantener una distancia segura de entre 1 y 2 metros.
Realizar simulacros domésticos para practicar su uso.
Complementar el equipo con detectores de humo para aumentar la seguridad.
El conocimiento y la práctica reducen el tiempo de reacción y aumentan las posibilidades de controlar un incendio en sus etapas iniciales.
Los incendios como los registrados en Solivella y Mollerussa nos recuerdan que la prevención es la mejor herramienta frente al fuego. La instalación de un extintor para casa, el cumplimiento de la normativa sobre dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor y la formación en su uso constituyen pilares fundamentales para la seguridad.
La decisión de contar con un extintor en el hogar no debería basarse únicamente en lo que dicta la ley, sino en la conciencia de proteger lo más importante: la vida, la familia y el patrimonio.